Frente al absurdo de la vida funcional (los problemas en los que nos embarcamos por el hecho de vivir) el conocimiento de nuestra existencia, de semejante manera que la preocupación por nosotros mismos, nos debería inducir (he aquí la actitud crítica de Fernando Sordo en estas pinturas), desde el conocimiento y la aceptación de nuestra impotente identidad, a ese intento, por medio del arte, el suyo en este caso, de lograr esa vuelta atrás, cuando la inestabilidad en constante movimiento nos permite una existencia y, en su preocupación por conocerse y situarse entre los otros, no tiene más remedio, porque es a lo único que tiene acceso, que adaptarse, recuperarse, fortalecerse y aceptarse en sus esfuerzos por medio de ciertos movimientos (la creación de un estilo) elegidos voluntariamente, desde la posición más crítica, aunque también absurdos, para lograr conocerse por medio de una ilusión apuntalada o dada al vuelo gracias a la imaginación: La pintura como arte de la ilusión.
Miguel Galanes : fragmento de "Fernando Sordo o la condición de lo Inestable"